Existen dos tipos de ojo seco.

  • Ojo seco acuodeficiente:  Se  produce cuando la glándula lagrimal no segrega la suficiente cantidad de lágrima. Está relacionado a enfermedades como síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, lupus o a tratamientos con fármacos antidepresivos, ansiolíticos, estrógenos…
  • Ojo seco evaporativo: Es el más común y sucede cuando la calidad de la lágrima es mala. La causa más frecuente es la disfunción de las glándulas de Meibomio cuya misión es segregar el componente graso de la lágrima encargado de evitar su evaporación. 

“La Disfunción de las Glándulas de Meibomio está presente en más del 80% de los ojos secos”

Los factores de riesgo que pueden provocar el síndrome de ojo seco son  los siguientes:

  • Edad. Es la causa más habitual, ya que con el envejecimiento disminuye la producción de lagrima. 
  • Cambios hormonales. Menopausia, embarazo, anticonceptivos. 
  • Actividades de concentración. Trabajo con pantallas, lectura, televisión, conducir durante tiempo prolongado... Al estar concentrados, de manera involuntaria, disminuimos la frecuencia de parpadeo, la lágrima no se distribuye correctamente, y el ojo se seca.
  • Uso de lentillas.
  • Factores ambientales. La calefacción, aire acondicionado, viento, ambientes con polvo pueden ser factores que provoquen que se seque el ojo. 
  • Enfermedades sistémicas.  Artritis reumatoide, Lupus, Síndrome de Sjogren.
  • Algunos tratamientos y procedimientos quirúrgicos oculares.

Son varios los síntomas que indican que padecemos de un ojo seco. Molestias oculares, irritación, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño, cansancio ocular, pesadez de párpados y lagrimeo. 

El lagrimeo

Aunque pueda parecer contradictorio, el lagrimeo también es un síntoma muy frecuente ya que el mecanismo de defensa del ojo frente a las agresiones ambientales es aumentar la producción de lágrima. El problema es que en muchas ocasiones la lágrima que produce es de mala calidad y no realiza bien su función. De esta manera el ojo sigue estando mal lubricado, por lo que sigue mandando órdenes para producir más lagrima. Un ojo que lagrimea en exceso lágrima de mala calidad no está bien protegido. 

Ojo seco